Cuando la Navidad se acerca llegan con ella, la inevitable avalancha de compromisos, listas de regalos y la presión social de vivir unas fiestas "perfectas". Pero, ¿realmente es eso lo que hace que esta época sea especial? ¿No será que estamos perdiendo de vista lo verdaderamente importante?
La Navidad más allá de las fechas
¿Por qué nos sentimos obligados a celebrar exactamente el día 24 o 25 de diciembre? ¿Y si movemos la fiesta un día antes o un día después? Al fin y al cabo, lo importante es compartir tiempo de calidad con nuestros seres queridos. Imaginemos una cena familiar en la que todos estén relajados, contentos de estar ahí, sin la presión de tener que estar en otro lugar. ¿No sería mucho más agradable? ¿Por qué le asignamos tanto valor emocional a una fecha exacta en el calendario? Un dato curioso… ¿Sabías que por casi 400 años (hasta el siglo IV) la Navidad no se festejaba el 25 de Diciembre?
Regalos que vienen del corazón
Los regalos materiales son una costumbre arraigada, pero ¿qué hay de los regalos que salen del corazón? Una carta escrita a mano, una tarde preparando galletas juntos, una invitación a hacer una actividad que a la otra persona le encanta... Estos pequeños gestos pueden crear recuerdos mucho más valiosos que cualquier objeto. Regalar “experiencias” es una manera maravillosa de conectar con quien queremos. Puedes preparar una linda tarjeta para que tengas algo que entregar, en donde invitas a la persona a lo que hayas planeado. No te parece absurdo que tengamos que sufrir la llamada "cuesta de enero", tratando de recuperar nuestra estabilidad financiera, solo por cumplir con la necesidad de dar regalos.
El estrés navideño: un enemigo a vencer
La Navidad no debería ser sinónimo de estrés. La búsqueda del regalo perfecto, la decoración de la casa, la organización de las comidas... Todo esto puede generar una gran presión. Es importante aprender a decir no, a establecer límites y a priorizar lo que realmente nos importa. No confundas lo que de verdad quieres hacer con lo que crees que “tienes” hacer. No permitas que nadie te presione.
Reconecta con el verdadero espíritu navideño
La Navidad es una oportunidad para reflexionar, para agradecer todo lo que tenemos y para fortalecer nuestros vínculos afectivos. En lugar de centrarnos en el consumismo y la perfección, enfoquémonos en lo que realmente nos hace felices: la compañía de nuestros seres queridos, la alegría de compartir momentos especiales y la sensación de bienestar.
En conclusión, la Navidad es una época para celebrar la vida, el amor y la amistad. No permitamos que el estrés y la presión social nos roben la alegría de estas fechas. Recupera la magia de la navidad y disfruta de momentos inolvidables junto a las personas que más quieres.
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Muy cierto todo no es necesario una fecha en especifico cuál quier día puedes pasar un día en familia pasando estás fechas de sembrina se olvidan de la convivencia y lo que realmente es importante