Regálate un Día del Niño

El 30 de abril es día del niño en México, un día especial para celebrar a los pequeños.  En medio de nuestras vidas adultas, a veces llenas de responsabilidades y prisas, queremos invitarlos a hacer algo muy importante: ¡Recordar cómo se sentía ser niños!

¿Se acuerdan de esa sensación mágica? Cuando el mundo era un lugar lleno de sorpresas esperando a ser descubiertas. ¿Recuerdan la primera vez que vieron el mar? ¡Qué inmensidad, qué misterio! Las olas rompiendo en la orilla parecían un espectáculo infinito, y la arena entre los dedos era un tesoro por explorar.

Y ¿cómo olvidar esa paz que nos invadía al llegar a casa después de la escuela y saber que había un plato caliente esperándonos? Esa sensación de cuidado, de saber que estábamos protegidos y queridos, era un abrazo para el alma.

¿Se acuerdan de lo fácil que era hacer amigos? Bastaba una mirada, una sonrisa, una invitación a jugar, y de repente, ese niño desconocido se convertía en el mejor compañero de aventuras. No importaba de dónde veníamos ni qué teníamos, solo las ganas de jugar y compartir eran suficientes.

¡Ah, las visitas de los abuelos o de esa tía consentida! Llegaban cargados de cariño, de historias y, a veces, de algún dulce sorpresa. Sus abrazos eran refugios seguros, y sus palabras, sabiduría envuelta en ternura.

¿Y el primer día de escuela? ¡Cuántas emociones juntas! Nervios, curiosidad, la emoción de lo nuevo, la incertidumbre de lo desconocido. Era el inicio de un gran viaje lleno de aprendizajes y nuevas amistades.

¿Y esa libertad de correr a toda velocidad por el parque? El viento en la cara, la risa escapando sin control, la sensación de que podíamos volar. ¡Qué maravilla sentir el cuerpo lleno de energía y el espíritu ligero!

Este Día del Niño, te invitamos a regalarle a tu niño interior la oportunidad de revivir esos momentos. Cierra los ojos por un instante y deja que esas sensaciones te inunden de nuevo. Redescubre la belleza de dejarnos sorprender por las pequeñas cosas, de no tener que controlarlo todo, de no tomarnos la vida tan en serio.

La vida pasa muy rápido, es mucho más breve de lo que a veces creemos. Y la capacidad de nunca dejar de ser niños, de mantener viva esa chispa de curiosidad y asombro, puede llenar nuestros días de color, de ilusión y de una alegría genuina.

Así que hoy, y siempre, permítete un momento para jugar, para reír sin motivo, para maravillarte con una flor o con el vuelo de un pájaro. Regálate la oportunidad de ver el mundo con los ojos de un niño otra vez. ¡Feliz Día del Niño a todos los que llevan un niño en su corazón!

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